viernes, 7 de mayo de 2010

Átomos superpesados

MB
La química del hahnio y del rutherfordio está "llena de sorpresas", dicen los químicos.

Un problema es el tamaño y complejidad de esos enormes átomos.
En algún sentido, un átomo superpesado es como un pequeño agujero negro dominado por electricidad en lugar de gravedad.
La gigantesca carga eléctrica positiva del núcleo ejerce una fuerza de atracción enorme sobre las capas más próximas de electrones cargados negativamente, que se mueven alrededor del núcleo a una velocidad de una fracción significativa de la velocidad de la luz.

MB
El núcleo, aprisionado por la capa de los electrones más interna del átomo, pierde control de sus electrones más exteriores, cuya disposición determina las relaciones químicas del átomo. El resultado es un comportamiento irregular e impredecible. El seaborgio, aún más pesado, debería mostrar un desgarrón del sistema periódico. La sorpresa es que no es así. Por ello, este elemento devuelve a la Tabla de Mendeleiev su normalidad, ya que se comporta precisamente como predice, como una versión más pesada de los metales molibdeno y tungsteno. Nadie sabe por qué el seaborgio se comporta tan bien. La investigación de los elementos 107 a 112 deberían revelar si el seaborgio establece una tendencia a la normalidad o si es una aberración de la Tabla Periódica, que se deshace ante número atómicos muy altos.

Desvelar la química del seaborgio y otros elementos artificiales es un desafío. Los siete átomos, exactamente siete, de seaborgio estudiados por los investigadores fueron creados haciendo chocar átomos de neón (número atómico 10) en un blanco de curio (elemento 96) para producir seaborgio 10 + 96 = 106).

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